Mucho se especula sobre los efectos que un aborto puede tener sobre la salud mental de la mujer que interrumpe su embarazo, por lo cual es importante consultar fuentes serias basadas en evidencia y no en opiniones o en el análisis de unos pocos casos. Cada mujer es distinta y reacciona de manera diferente a las decisiones que toma en la vida. Por eso se han hecho estudios por parte de académicos que dan información cierta y confiable al respecto.
Y aquí es importante distinguir un aborto seguro de uno inseguro ya que los efectos de cada uno en la salud de la mujer serán radicalmente distintos. La organización mundial de la salud ha definido el aborto seguro como aquel realizado por una persona capacitada y en condiciones sanitarias adecuadas. Las consecuencias sobre la salud tanto física como mental de un aborto que no ha sido realizado en estas condiciones pueden ser negativas y por lo tanto es muy importante asegurarse de obtener un servicio que cumpla con estándares de calidad.
No se puede afirmar que el aborto seguro cause daño a las mujeres o problemas de salud mental. Estudios científicos rigurosos han comparado las consecuencias en la salud mental entre mujeres que han interrumpido un embarazo de manera segura con quienes han decidido tener un hijo y han demostrado que no hay diferencias entre ellas en cuanto a síntomas de depresión, ansiedad, autoestima, satisfacción con la vida o ideas suicidas. El estudio más reciente sobre este tema se hizo en los Estados Unidos de Norteamérica (estudio Turnaway) en el cual se hizo seguimiento por 5 años a mujeres a quienes se les negó un aborto y a quienes si lo tuvieron y tampoco encontraron diferencias en la presencia de estos síntomas ni de consumo de alcohol o drogas, excepto que en el caso de quienes no pudieron tener un aborto a pesar de haberlo solicitado, si hubo otras consecuencias negativas relacionadas con la salud mental como, por ejemplo, que las personas se mantuvieron dentro de una relación de pareja abusiva.
Sin embargo, dado que el aborto es un tema muy polémico y politizado en la mayoría de los países, quienes se oponen al derecho al mismo afirman que existe el “síndrome post aborto” caracterizado por todos esos síntomas mencionados más arriba. De hecho, asociaciones de psicología y psiquiatría de diferentes países en el mundo ni siquiera reconocen este llamado “síndrome post aborto<” como un diagnóstico legítimo de salud mental.
Después de un aborto, algunas mujeres experimentan sentimientos de tristeza e incluso culpa o arrepentimiento transitorio, otras experimentan alivio e incluso hay quienes experimentan todo juntos. Estos síntomas son reacciones normales cuando tomamos decisiones importantes en la vida, y la tristeza u otros sentimientos parecidos no se pueden confundir con problemas en la salud mental como la depresión o la ansiedad. Una cosa son los sentimientos complejos o fuertes y otra muy distinta es una enfermedad o patología. Las mujeres que se sienten tristes después de un aborto necesitan recibir apoyo y comprensión y no ser juzgadas por sus decisiones y por lo tanto los esfuerzos de la sociedad deberían centrarse en apoyarlas y no en hacer menos accesible un servicio que muchas mujeres necesitan y de la mejor calidad.
Algunos estudios realizados por personas que se oponen al derecho al aborto tienen fallas en la metodología de realización del estudio como por ejemplo que no controlan o analizan cuál es la situación mental de las mujeres antes de un aborto o de un embarazo; lo que si es cierto es que el aborto no mejora los problemas de salud mental que la mujer tenga desde antes. Pero analizar la salud mental de una mujer después de un evento de aborto sin haber evaluado su salud mental antes, puede llevar a conclusiones erradas en el sentido de que los problemas de salud mental sean causa del aborto cuando en realidad estaban presentes desde antes.
Además, hay factores de contexto que sin duda contribuyen a que la experiencia sea más o menos traumática: un aborto realizado en condiciones de soledad absoluta, clandestinidad y de inseguridad puede generar efectos negativos en la mujer, así como el estigma que rodea la decisión del aborto en muchos países. Por eso siempre lo recomendable es que se tenga la oportunidad de recurrir a servicios de orientación o consejería como los descritos en la sección ¿Qué es una consejería en aborto?, para que tenga la oportunidad de evaluar opciones y prepararse adecuadamente para una u otra decisión.
En contradicción con lo anterior, los estudios científicos han demostrado que la mayoría de las mujeres sienten un gran alivio después de su experiencia de aborto y casi el 100% continúan sintiendo y pensando que tomaron la decisión correcta incluso tres años después de haber pasado por la experiencia.