Existen varias técnicas para realizar un aborto seguro que son adecuadas dependiendo de la duración del embarazo. En términos generales podemos mencionar dos tipos de métodos: uno a través del uso de medicamentos y otras técnicas así llamadas quirúrgicas. En esta sección nos referiremos a una de las técnicas en las que se usan medicamentos que es la utilización combinada de dos fármacos para realizar un aborto con Mifepristona y Misoprostol.
Qué es la Mifepristona- Misoprostol
Según la evidencia científica disponible hasta el momento, cuando se trata de un aborto con medicamentos, el mejor estándar consiste en la utilización de estos dos medicamentos; sin embargo el acceso a la Mifepristona no es aun frecuente en América Latina y solamente algunos países la han registrado formalmente en los listados de medicamentos disponibles. A pesar de esto, se sabe que en algunos países hay disponibilidad de la Mifepristona a través de grupos de mujeres o por compras en línea. Dada la poca disponibilidad de este medicamento en nuestra región, en otra sección hablaremos del Aborto con Misoprostol solamente.
Para qué sirve la Mifepristona- Misoprostol
La Mifepristona actúa produciendo el desprendimiento del embarazo, mientras que el Misoprostol produce contracciones uterinas que generan la expulsión del contenido uterino, siendo esta combinación efectiva en más del 97% de los casos. Según la Organización Mundial de la Salud, la combinación de estos medicamentos se puede utilizar desde las primeras semanas de embarazo incluso hasta el tercer trimestre, pero después de las 12 semanas es necesario que la administración del Misoprostol se haga en instalaciones sanitarias con supervisión por parte del personal de salud hasta que se produzca la expulsión del embarazo, ya que a medida que aumenta el embarazo las dosis de los medicamentos deben disminuir para evitar complicaciones como la ruptura uterina.
Dosis de Mifepristona- Misoprostol
La Mifepristona se toma siempre por vía oral en una única dosis que normalmente no produce efectos secundarios. Entre 24 y 48 horas después de haber tomado la Mifepristona, se debe usar el Misoprostol (en única dosis hasta las 9 semanas y en dosis repetidas que el profesional de la salud debe indicar entre la semana 9 y la 12), el cual puede usarse por una de varias vías: vaginal, debajo de la lengua o en los carrillos de la boca. Esto quiere decir que la mejor acción del Misoprostol se produce cuando éste se diluye. Los efectos secundarios del Misoprostol se parecen a aquellos de un aborto espontáneo e incluyen sangrado, cólicos, diarrea, náuseas y vómito, fiebre y escalofríos y ocasionalmente dolor de cabeza. Obviamente, cada mujer reacciona distinto y los efectos que una mujer tiene no son iguales para otras. A continuación nos referiremos a cada uno de los efectos mencionados, haciendo especial mención de aquellos síntomas que se convierten en signos de alerta:
Sangrado: El efecto buscado con el uso del Misoprostol es la expulsión del contenido uterino, lo cual obviamente va asociado con sangrado que puede ir desde un manchado hasta un sangrado fuerte con expulsión de coágulos, que muchas mujeres describen como el doble de una menstruación. El sangrado puede durar varias horas pero sin embargo hay mujeres que refieren que han sangrado varias semanas. Debe ser considerado signo de alarma que el sangrado te lleve a empapar dos toallas higiénicas por hora durante dos o más horas consecutivas y en ese caso se debe consultar de inmediato.
Cólicos o calambres menstruales: Debido a las contracciones uterinas que produce el Misoprostol, es muy común que se produzca dolor que es descrito por muchas mujeres como el doble de lo que sienten con una menstruación normal, por lo cual es muy importante acompañar el uso de los medicamentos por medicación para el dolor que será indicado por el profesional de la salud.
Diarrea, náusea y/o vómito: Algunas mujeres refieren que el uso de los medicamentos produce diarrea, náusea y/o vómito, por lo cual es necesario asegurar la hidratación oral.
Fiebre y escalofríos: Las dosis repetidas de Misoprostol pueden producir elevación de la temperatura corporal y escalofríos que se pueden manejar con medicación adicional. Sin embargo si la fiebre persiste después de 24 horas después de haber tomado el Misoprostol, o se produce malestar general por más de 24 horas se debe consultar, para descartar la presencia de complicaciones.
Es importante saber que la existencia de estos síntomas no es garantía de la interrupción del embarazo, pero la ausencia de sangrado si puede ser indicativo de que no se produjo el efecto deseado. Por lo tanto es necesario que la misma mujer o un profesional de la salud haga seguimiento de los síntomas de embarazo o incluso realizar una prueba de embarazo algunas semanas después de haber tomado los medicamentos para garantizar que el aborto si se produjo.
También se debe saber que el Misoprostol puede tener efectos teratogénicos (producir malformaciones fetales) sobre el embarazo si el aborto no se produce y aunque la evidencia no es concluyente al respecto, si el embarazo continúa debe hacerse seguimiento para detectar posibles anomalías.
Este tipo de aborto con medicamentos está contraindicado médicamente en el caso de un embarazo ectópico, que es aquel que se implanta fuera del útero y que por la misma razón puede generar una emergencia médica que incluso comprometa la vida de la mujer. Hay otras contraindicaciones muy poco frecuentes como tener insuficiencia hepática o suprarrenal crónica o aguda, la porfiria heredada y obviamente la alergia a cualquiera de los medicamentos.
Por otra parte, para aquellas mujeres ubicadas en el 2-3% para quienes el uso de la Mifepristona y Misoprostol no producen la interrupción del embarazo, se debe recurrir a la aspiración de la cavidad uterina como método alterno.
Tan pronto se ha confirmado la interrupción del embarazo con los medicamentos, es el momento de iniciar el uso de un método anticonceptivo seguro que te proteja de un nuevo embarazo no deseado. Para ello, te sugerimos consultar la sección Claves para prevenir el embarazo.
