En otras secciones hemos hablado de métodos de aborto que se utilizan prioritariamente hasta las 12 a 15 semanas de gestación. Sin embargo hay ocasiones en que las mujeres toman la decisión de interrumpir su embarazo y realizar un aborto después de las 15 semanas ya sea porque no identificaron el embarazo antes, por barreras que han enfrentado para obtener acceso a los servicios, porque las circunstancias de su vida cambiaron en las últimas semanas o porque para ellas tomó más tiempo el proceso de decisión.
Para esta situación existen dos técnicas para realizar un aborto seguro: si se realiza con medicamentos debe hacerse en instituciones sanitarias bajo la supervisión de profesionales de la salud tal como se ha descrito en la secciones Aborto con Mifepristona y Misoprostol o Aborto con Misoprostol solo; en el caso de las técnicas quirúrgicas, la indicada es la llamada Dilatación y Evacuación (DyE) que es a la que nos referiremos en esta sección.
Esta técnica es la más efectiva y segura en manos de profesionales adecuadamente capacitados para procedimientos después de las 15 semanas. Requiere de preparación previa del cuello uterino lo que consiste en tomar medicamentos o aplicar dilatadores llamados osmóticos, que se dejan dentro del cuello uterino. Cualquiera que sea el mecanismo utilizado para la dilatación del cuello uterino, ésta debe hacerse con una anticipación que puede variar desde varias horas hasta un día completo, de manera que se produzca la dilatación del cuello necesaria para que quepan los instrumentos que se utilizarán durante el procedimiento.
Para proceder a este tipo de aborto, una vez el cuello del útero está suficientemente dilatado, el profesional de la salud debe colocar un espéculo vaginal, realizar una limpieza de la vagina, retirar los dilatadores osmóticos si se utilizaron e iniciar el procedimiento que incluye la utilización de pinzas y de aspiración para evacuar los contenidos del útero. Todos los instrumentos deben estar esterilizados con técnicas adecuadas. En algunos casos el procedimiento se realiza bajo la guía de una ecografía que le permite al profesional de la salud tener control estricto de los movimientos dentro de la cavidad uterina.
Aunque se trata de un procedimiento ambulatorio que no requiere hospitalización, lo recomendable es realizarlo acompañado de sedación para el manejo del dolor. Esto extiende el tiempo de procedimiento (que en sí mismo dura alrededor de 30 minutos) y también aumenta el tiempo de recuperación, por lo cual se debe tener disponibilidad de varias horas e incluso de todo el día. La anestesia general no es necesaria pero además puede aumentar el riesgo de complicaciones, razón por la cual no es recomendable.
Aunque se trata de un procedimiento muy seguro, cuando ha terminado el periodo de recuperación y estás lista para retirarte de la institución donde te atendieron, es muy importante que tengas la información completa sobre los signos de alarma que pueden indicar que hay una complicación, para que puedas identificarlos oportunamente.
Las posibles complicaciones de un aborto por dilatación y evacuación incluyen infección pélvica, hemorragia, perforación uterina o laceraciones cervicales o evacuación incompleta. A continuación nos referiremos a cada una:
Infección pélvica: Los síntomas que te deben hacer pensar en una infección incluyen fiebre o escalofríos, secreción vaginal o cervical con olor fétido, dolor abdominal o pélvico, sangrado o manchado vaginal prolongado, o sensibilidad uterina. Usualmente se usan antibióticos preventivos para evitar la infección y si llegare a presentarse una, lo que se debe hacer es tratar con antibiótico adicional que el profesional de la salud ordenará.
Hemorragia: Si bien es totalmente normal que sigas sangrando por algunos días e incluso que tengas cólicos o calambres menstruales por unas dos semanas, si el sangrado es tan fuerte que te lleva a empapar dos toallas higiénicas por hora durante más de dos horas consecutivas, debes consultar porque este es un sangrado excesivo cuya causa debe evaluarse y tratarse.
Perforación uterina o laceraciones cervicales: Esta es una complicación que el prestador de servicios debe detectar durante el procedimiento y dependiendo del calibre de la misma requerirá intervenciones más complejas o no. Si presentas un dolor muy fuerte, debes consultar para descartar esta posibilidad.
Evacuación incompleta: Esta es una complicación que debe identificar el profesional de la salud al revisar los tejidos obtenidos durante el procedimiento y en caso de presentarse, el tratamiento consiste en realizar una re-evacuación de la cavidad uterina.
Por otra parte, si no se han presentado complicaciones, el mismo día del procedimiento puedes iniciar un método anticonceptivo seguro que evite un nuevo embarazo no deseado. Es importante que sepas que el procedimiento te deja nuevamente preparada para un embarazo muy rápidamente y por lo tanto lo ideal es que tomes una decisión de inmediato. Para ello, te sugerimos consultar la sección Claves para prevenir el embarazo. De hecho, puedes ponerte un dispositivo intrauterino o un implante sub-dérmico durante el mismo procedimiento y así evitas la necesidad de una nueva visita con el prestador de servicios de salud.
En términos generales no es necesario asistir a una cita de control después de haber tenido un aborto después de las 15 semanas por dilatación y evacuación a menos que el profesional de la salud así lo determine. Sin embargo, si tú prefieres asistir a una cita de control, comunícalo a tu prestador de servicios.