OMS es la sigla con la que se identifica la Organización Mundial de la Salud, que es una de las organizaciones de las Naciones Unidas (Organización de las Naciones Unidas- ONU). La OMS se encarga de dictar políticas sanitarias o de salud a nivel global y de definir las líneas de investigación en salud. Fue creada en 1948 y se rige por la Asamblea Mundial de la Salud, formada por representantes de los ciento noventa y tres países miembros de la organización. En el caso de América Latina todos los países de la región son miembros y por lo tanto las políticas en salud que la OMS diseña, les son aplicables.
El principal objetivo de la OMS es que todas las personas en el mundo gocemos del grado máximo de salud que podamos alcanzar. Por lo tanto vale la pena tener claro el concepto de salud del que estamos hablando, ya que es frecuente que por salud entendamos solamente no estar enfermas. Para la Organización Mundial de la Salud, la salud se define como el estado completo de bienestar físico, mental y social y no solamente como la ausencia de enfermedades.
En ejercicio de su función rectora de la salud, y siendo el aborto un tema de salud pública, la OMS ha publicado varios documentos relacionados con el tema, siendo los más destacables los siguientes:
- Aborto sin riesgos: Guía técnica y de políticas para sistemas de salud
Las guías y el manual contienen indicaciones sobre la atención previa al aborto, los métodos de aborto seguro recomendados por la OMS, y la atención posterior al procedimiento, entre otras cosas. Aunque están dirigidos al personal de salud pero son fáciles de comprender y vale la pena consultarlos para tener información basada en evidencia científica y para tener tranquilidad a la hora de tomar decisiones.
Por su parte, las directrices sobre las funciones del personal sanitario, establecen con claridad lo que cada miembro del equipo de salud puede o no puede realizar en la atención del aborto seguro y en la asesoría y oferta de métodos anticonceptivos. Lo interesante de estas pautas es que por lo general reconocen un papel mucho más activo a médicos generales, enfermeras, auxiliares de enfermería, parteras (matronas u obstetras, según se les llame en cada país) del que por lo general se les permite en las regulaciones de nuestros países de América Latina. Lo que por lo general deriva en costos innecesarios y en sobrecarga para el personal especializado que no es necesario en la inmensa mayoría de los casos.
En todos los documentos mencionados, la Organización Mundial de la Salud define el aborto seguro como una intervención destinada a la interrupción de un embarazo practicada por personas que tienen la capacitación necesaria y realizan el procedimiento en un ambiente que reúne las condiciones médicas mínimas. En el detalle de la capacitación y los insumos médicos y la infraestructura necesaria, es claro que no se trata de un procedimiento complejo con requerimientos extraordinarios. Por lo general son procedimientos que se pueden realizar en un consultorio sin necesidad de salas de cirugía ni médicos especialistas.
Otras de las afirmaciones que hace la OMS en sus documentos es que “… en la medida que lo permita la ley, todas las mujeres deben contar con servicios para un aborto sin riesgos accesibles y disponibles fácilmente. Esto significa que los servicios deben estar disponibles a nivel de la atención primaria, con sistemas de derivación implementados para todo tipo de atención requerida en un nivel superior”. Y recomienda que es necesario eliminar las barreras regulatorias, políticas y programáticas que obstaculizan el acceso a la atención para un aborto sin riesgos y para su prestación oportuna.
Reconoce también que la condición legal del aborto no produce ningún efecto sobre la necesidad de una mujer de tener un aborto, pero si afecta dramáticamente su acceso a un aborto sin riesgos. Es decir que aunque el aborto sea ilegal o restringido, las mujeres que necesitan uno lo buscarán, incluso si en ello ponen en riesgo su salud o su vida.
Por otra parte, la OMS es clara en afirmar que el aborto inseguro y la enfermedad y la muerte por aborto pueden evitarse si la ley lo permite. De hecho plantea que existe un consenso cada vez mayor acerca de que el aborto inseguro es una causa importante de muerte de mujeres embarazadas que puede, y debe, prevenirse mediante la educación sexual, la oferta de métodos anticonceptivos, los servicios para un aborto sin riesgos en la medida que lo permita la ley y la atención posterior al aborto en todos los casos. Recogiendo la investigación seria que se ha hecho en el mundo, la OMS informa que la tasa de mortalidad por aborto legal (muertes por cada 100.000 casos) si bien aumenta con la edad gestacional, es en promedio de 0,7 casos por cada 100,000 abortos, lo cual es siempre mucho menor que la de un parto a término (10 por cada 100,000 partos).
En las secciones Aborto con Mifepristona-Misoprostol, Aborto con Misoprostol (Cytotec), Aborto por aspiración y Aborto después de las 15 semanas de gestación encuentras información resumida sobre lo que plantea la OMS en sus guías y manuales para cada uno de los métodos de aborto.