Derechos sexuales y reproductivos a un adolescente

En España un 47,8% de los jóvenes acepta que busca información sobre su sexualidad a través de Internet. El 45,5% a través de sus amigos. Apenas un 28% recurrió a su madre y un 23,1% a su padre. Así lo destaca la Encuesta nacional sobre sexualidad y anticoncepción entre los jóvenes españoles (año 2019) y no hay ninguna razón para pensar que en los países latinoamericanos el escenario sea mejor.

¿En qué estamos fallando para que los jóvenes prefieran preguntar en Internet sobre su vida sexual y reproductiva, y los derechos y deberes que su ejercicio conlleva? A continuación 3 pautas para mejorar la comunicación sobre sexualidad con adolescentes.

Aborda temas variados, reales y de impacto

Evita abordar este tema únicamente sobre ciertos aspectos dejando de lado temas vitales. Una de las mejores maneras para iniciar y profundizar estas conversaciones con los jóvenes es pedirles su opinión o hacerlos partícipes en las conversaciones sobre sexo seguro, embarazo adolescente, infecciones de transmisión sexual, planificación, aborto legal y seguro, acoso sexual, y muchos otros temas de actualidad que tienen que ver con sus derechos y deberes sexuales y reproductivos.

Plantea objetivos de vida a partir de la comunicación

No se trata de hablar por hablar, o de hablar solo porque no quieres un embarazo adolescente en casa. Cuando los jóvenes conocen e interiorizan sus derechos sexuales y reproductivos y la responsabilidad que tiene el ejercicio de la sexualidad estamos formando personas que sabrán exigir del entorno (ya sea de pareja, laboral o comunitario) el respeto a su libre ejercicio como persona, sabrán cómo establecer escenarios de cambio que mejoren la situación de sectores desfavorecidos, pero sobre todo ejercer el control libre y responsablemente sobre asuntos relacionados con su sexualidad y su salud reproductiva.

Mantén los canales de comunicación siempre abiertos

Como padres, educadores o personas de influencia en los jóvenes es importante mantener abiertas las oportunidades para que las conversaciones sobre la sexualidad sean parte de un diálogo permanente, seguro, confiable, sano, preciso y abierto. Todas sus preguntas, respuestas y opiniones son importantes, y eso significa que no debe haber tiempo ni espacio prohibido para estos temas.