Uno de los escenarios en los que se hace notable la inmensa brecha entre los países es la garantía de los derechos sexuales y reproductivos de los centennials, jóvenes nacidos después del año 2000, y quizás el más importante es el acceso a métodos anticonceptivos y la planificación familiar.
Así son las cosas. Según el informe Adding It Up: Investing in Sexual and Reproductive Health (2019) del Instituto Guttmacher, “en países de ingresos bajos y medianos las mujeres entre 15 a 19 años que desean evitar un embarazo tienen una necesidad insatisfecha de anticonceptivos modernos mucho mayor que todas las mujeres en edad reproductiva que desean evitar un embarazo (43% frente a 24%)”.
El mismo informe añade que si las mujeres en países de ingresos bajos y medianos que desean evitar un embarazo tuviesen acceso a anticonceptivos modernos, los embarazos no deseados se reducirían en un 68%.
Asimismo, los jóvenes resultan particularmente susceptibles a contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), por ejemplo, en el año 2018 Estados Unidos registró un máximo histórico de casos combinados de sífilis, gonorrea y clamidia entre los jóvenes.
Esta situación plantea un escenario en el que se hace urgente que los jóvenes reciban información y formación sobre los riesgos de la actividad sexual sin protección, y que además puedan tener una atención médica digna, respetuosa y proactiva que les ayude a mitigar los síntomas de la ITS.
¿Cuáles derechos?
La Organización de Naciones Unidas (ONU), de la que forman parte los países de América Latina, ha reconocido el derecho de los jóvenes a la información y a los servicios de salud sexual y reproductiva.
Al mismo tiempo han instado a los Estados a eliminar todos los obstáculos para tener acceso a información y a servicios que favorezcan el ejercicio de sus derechos sexuales y derechos reproductivos.
Y va más allá, solicitando que las objeciones relacionadas con el consentimiento de los padres o tutores y las objeciones de los trabajadores de la salud nunca estén por encima de las necesidades particulares de los adolescentes.
Asimismo, los servicios de salud deben respetar el derecho a la privacidad y a la confidencialidad de los jóvenes. El no hacerlo no solo coarta sus derechos sino que además los convierte en posibles víctimas de discriminación.
Los centennials tienen derecho a tener el control y decidir libre y responsablemente sobre asuntos relacionados con su sexualidad, incluida la salud sexual y reproductiva. El siguiente cuadro engloba derechos sexuales y derechos reproductivos de los jóvenes:
Fuentes Bibliográficas:
Para la redacción de este documento consultamos las siguientes fuentes, si quieres ampliar te invitamos a visitarlas:
Adding It Up: Investing in Sexual and Reproductive Health 2019—Executive Summary
Reducir los casos de ITS: los jóvenes merecen una mejor información y servicios de salud sexual https://www.guttmacher.org/gpr/2020/04/reducing-sti-cases-young-people-deserve-better-sexual-health-information-and-services
Serie de información sobre salud y derechos sexuales y reproductivos https://www.ohchr.org/Documents/Issues/Women/WRGS/SexualHealth/INFO_Adolescents_WEB_SP.pdf