Cuando una mujer enfrenta un embarazo no deseado o no planeado, tiene varias opciones: a) aceptar el embarazo y continuarlo; b) entregar en adopción; c) interrumpir el embarazo. En esta sección hablaremos sobre la alternativa de aceptar el embarazo y continuarlo.
Es muy importante que tengas en cuenta que la única que puede tomar la decisión frente a un embarazo inesperado o no deseado eres tú y si tú lo elijes puedes involucrar a tu pareja.
Aunque es común que las personas piensen que frente a un embarazo sorpresivo que no se estaba buscando, la única alternativa es aceptar esta situación y continuarlo, en realidad siempre tienes opciones que ojalá puedas considerar lo más tranquila posible. Por eso, Idealmente debes compartir la noticia del embarazo con el menor número posible de personas de tu entorno, hasta que hayas tomado una decisión definitiva para evitar las presiones que usualmente se dan en estas circunstancias. La noticia del embarazo se puede compartir con personas conocidas o familiares a quienes según conoces, no ejercerán presiones indebidas, o con profesionales que te ayuden a evaluar alternativas de una manera desapasionada y lo más objetiva posible.
Si decides que lo mejor es hablar con tus padres, prepárate bien para esa conversación diciéndoles desde el comienzo que confías en ellos y que necesitas de su ayuda y comprensión; y así como tu necesitaste tiempo para reaccionar, dales el tiempo necesario para que pasen el primer impacto de la noticia y puedan escucharte y apoyarte en la toma de decisiones.
Es completamente normal tener muchas preguntas y también muchos sentimientos asociados a un embarazo que fue sorpresivo; por eso es importante buscar ayuda profesional que te ayude de manera comprensiva y sin juicios a hacer las preguntas y a aclarar tus sentimientos actuales y los que pudieran surgir en el futuro. En la búsqueda de ayuda profesional, debes tener en cuenta que en algunos países existen centros que aparentan ser lugares abiertos a las opciones pero que en realidad son centros anti aborto que te presionarán para que la única opción que consideres sea la de continuar el embarazo o en último caso entregar en adopción. Estos centros se inspiran en los Crisis Pregnancy Centers que existen en Norteamérica y que en nuestra región se llaman “CAM-centros de ayuda a la mujer” o tienen nombres similares.
Para muchas mujeres y parejas es fácil tomar una decisión y para otras toma más tiempo y necesidad de reflexión. Todo esto es normal y en todo caso debes tener en cuenta que tener un hijo es una opción que requerirá de tu energía, tiempo y esfuerzo. Puede ser una alternativa llena de alegría y estímulo que ojalá puedas disfrutar plenamente.
Si después de evaluar las alternativas, decides que tu mejor opción es continuar con el embarazo y asumir la crianza de una hija/o es necesario que asistas a controles prenatales lo antes posible para garantizar tu buena salud y la de tu hijo/a. Los controles prenatales permiten al profesional de la salud hacer un seguimiento al desarrollo del embarazo, realizando pruebas que permitirán prevenir e identificar anomalías que se pudieran presentar.
La frecuencia con la que se debe asistir a estas citas de control prenatal, generalmente es recomendada por el profesional de la salud que lleve el control de tu embarazo. A manera informativa, en un embarazo normal (de bajo riesgo) en una mujer entre 18 y 35 años, se deben programar citas de control prenatal de acuerdo con el tiempo de embarazo en el que se esté:
- Durante las primeras 32 semanas, el control se debe realizar cada 4 a 6 semanas
- Entre las semanas 32 y 37 de embarazo, los controles deben realizarse cada 2 a 3 semanas
- Después de la semana 37 debe s ver al profesional de la salud que lleva el control de tu embarazo, cada semana
En caso de que el embarazo sea de alto riesgo, el profesional de la salud te pedirá asistir con mayor frecuencia y seguramente te ordenará exámenes complementarios.
Es común que durante el embarazo se presenten algunas molestias físicas que pueden ser manejadas de manera sencilla. Por ejemplo para las náuseas y vómito, puedes comer algo muy pequeño antes de levantarte de la cama y durante el día en vez de comer grandes cantidades en cada comida, puedes fraccionar tu alimentación en varias comidas más pequeñas, evitando las comidas grasosas y tomando líquidos entre comidas y no con las comidas.
La acidez estomacal que es también un síntoma frecuente, se puede combatir también fraccionando las comidas, masticando lentamente, evitando ir a la cama recién has comido y elevando la cabeza en la cama con más almohadas.
Para algunas mujeres el estreñimiento es una fuente de molestia durante el embarazo y la manera de evitarlo es haciendo ejercicio, comiendo alimentos ricos en fibra y tomando líquidos.