La sexualidad y la reproducción no necesariamente van de la mano. La sexualidad tiene dos funciones distintas que no siempre se ejercen al tiempo. La función recreativa que te permite obtener placer y profundizar la comunicación con tu pareja; y la función reproductiva que se ejerce cuando deseas tener un embarazo.
Las claves para prevenir un embarazo cuando éste no se desea, te permiten disfrutar más de tu sexualidad y de la de tu pareja, evitando riesgos de situaciones que quizás no deseas. El riesgo de quedar embarazada no está asociado a la frecuencia de las relaciones sexuales, ya que desde la primera relación sexual existe este riesgo si no estás bien protegida; de hecho el riesgo de embarazo cuando no estás utilizando un método anticonceptivo es del 85%, es decir que casi nueve de cada 10 mujeres quedan embarazadas si no usan anticoncepción.
Por eso, lo mejor es que si vas a comenzar a tener relaciones sexuales o ya la has iniciado, te preguntes si deseas o no un embarazo y en caso de tener una relación de pareja estable y tener planes futuros en conjunto, lo ideal es que esta pregunta se la hagan en pareja.
Si la respuesta a la pregunta es que no deseas un embarazo en este momento, es posible que pienses que abstenerte de tener relaciones sexuales es una buena manera de prevenir el embarazo y en teoría esto es cierto; sin embargo la experiencia nos dice que son muchas las mujeres que confían en esta estrategia y de repente se ven en la situación de tener relaciones sexuales sin estar preparadas ni protegidas contra un embarazo.
Por lo tanto si tu respuesta es que no deseas un embarazo, esta es la ocasión para pensar en el método anticonceptivo que mejor se adapte a tus condiciones de salud, a tu estilo de vida y a tu presupuesto. Estas son tres condiciones importantes a considerar porque el abandono de un método seguro puede suceder por cualquiera de estas tres razones, dejándote de nuevo expuesta al riesgo del embarazo. Por lo tanto, lo ideal es que valores las tres cosas en el momento de elegir.
Existen métodos anticonceptivos muy efectivos: los definitivos (vasectomía para los hombres y ligadura de trompas para la mujer) que solamente se deben usar en caso de tener certeza de no querer tener (más) hijos y los así llamados métodos de larga duración (dispositivos intrauterinos e implantes sub-dérmicos), porque no necesitan que estés recordando diaria ni mensualmente la necesidad de su aplicación y por lo tanto no estás expuesta al riesgo de olvido. Entre las mujeres que usan estos métodos en un año se producen únicamente 1 a 6 embarazos en 1000 mujeres. En algunos casos, aunque aparentemente el costo de estos métodos puede parecer elevado, si distribuyes el costo entre los años que te protegen, te das cuenta que realmente el costo mensual es mucho menor que el de otros métodos.
Los métodos de corta duración (pastillas, inyectables, parches o anillo) son menos efectivos porque necesitan de una gran disciplina por parte de las mujeres recordando su uso o cambio periódico, lo que en la práctica hemos encontrado que es poco común que suceda. Por eso, el número de embarazos entre 1000 mujeres al año con el uso de estos métodos es entre 30 y 80 embarazos y por lo tanto recomendamos usarlos solamente en caso de necesitar prevenir un embarazo por un periodo muy corto de tiempo.
Se habla mucho sobre los efectos secundarios de los métodos anticonceptivos y en este caso la asesoría de las amigas o familiares no es la mejor consejera, ya que cada organismo reacciona de manera distinta. Los efectos secundarios de los métodos de larga y corta duración son bastante manejables para la inmensa mayoría de las mujeres ya que las dosis de sus componentes son cada vez más bajas y casi nunca representan riesgos serios. En todo caso siempre existe la posibilidad de cambiar de método después de haberte dado el tiempo suficiente para adaptarte. Sin embargo, es muy importante evitar “descansos” ya sea entre métodos o para el cambio del mismo método, porque es frecuente que en estas pausas se produzca un embarazo.
También existen los métodos de barrera que incluye el condón y los llamados “naturales” como el retiro (eyaculación por fuera de la vagina de la mujer), ritmo (cuentas basadas en los periodos menstruales de la mujer), o lactancia, que son muy inefectivos y son muchas las mujeres que quedan embarazadas usándolos.
Para iniciar entonces el método que mejor se adapte a tus condiciones de salud, estilo de vida y presupuesto, te recomendamos buscar asesoría profesional y personalizada que te permita evaluar las diferentes opciones con las que cuentas. Pero recuerda que adicionalmente siempre debes usar el condón o preservativo (masculino o femenino que está llegando poco a poco a nuestros países de Latinoamérica) que además de prevenir el embarazo, es el único método que previene el otro riesgo importante cuando se tiene vida sexual, que es el de adquirir una infección de transmisión sexual.
En caso que accidentalmente hayas tenido una relación sexual sin protección, puedes usar la anticoncepción de emergencia que es una manera de usar anticoncepción después de los hechos y evitar en un porcentaje alto el riesgo de embarazo; ellos son la llamada “pastilla del día después” o el dispositivo intrauterino T de Cobre. Si necesitas este tipo de anticoncepción, ten en cuenta que ésta es una alerta que te indica que muy posiblemente necesitas consultar para encontrar y empezar a usar un método de manera regular.