Aunque es frecuente encontrar información no científica ni basada en evidencia que afirma que después de un aborto se presenta un trauma que llaman “síndrome post aborto”, es importante que sepas que las asociaciones científicas dedicadas a estudiar la salud mental como son las de Psiquiatría o Psicología de varios países, ni siquiera reconocen su existencia como un diagnóstico legítimo de salud mental. Por lo tanto, sin temor a equivocarnos podemos afirmar que NO existe el así llamado “síndrome post aborto”.
La explicación de las razones que hay detrás de las afirmaciones que intentan convencer de que si existe tal patología, es que el tema del aborto es muy polémico y hay quienes se oponen radicalmente al mismo intentando asustar a las mujeres que consideran esta opción con la supuesta existencia de una vida llena de depresión, arrepentimiento, pesadillas, llanto, ansiedad, etc.
Cada mujer es distinta y reacciona de manera diferente a las decisiones que toma en la vida. Es verdad que después de un aborto, algunas mujeres pueden experimentar sentimientos de tristeza e incluso culpa o arrepentimiento transitorio, pero lo que se ha descrito en los estudios más serios es que la mayoría de las mujeres refieren sentir un gran alivio después de la experiencia. Los sentimientos de tristeza o de duda son reacciones normales cuando tomamos decisiones importantes en la vida, y la tristeza u otros sentimientos parecidos no se pueden confundir con problemas en la salud mental como la depresión o la ansiedad.
Con el fin de que tengas suficiente información sobre las diferencias entre una y otra situación, explicaremos acá en qué consiste el trastorno de estrés postraumático que es una situación de salud mental que existe pero que no se asocia a la situación de aborto. Este trastorno es causado por cambios en el cerebro de una persona que ha experimentado o presenciado eventos traumáticos como la guerra, los desastres naturales, la violencia, los accidentes o el abuso o la violencia sexual. Sin embargo no todas las personas que han estado expuestas a estas situaciones desarrollan este trastorno. Como podrás concluir de esta información, la experiencia de un aborto seguro en manos profesionales, con adecuado acompañamiento y habiendo evaluado las opciones, dista mucho de ser una situación como las descritas acá.
Estudios científicos rigurosos han comparado las consecuencias en la salud mental entre mujeres que han interrumpido un embarazo de manera segura con quienes han decidido tener un hijo y han demostrado que no hay diferencias entre ellas en cuanto a síntomas de depresión, ansiedad, autoestima, satisfacción con la vida o ideas suicidas. El estudio más reciente sobre este tema se hizo en los Estados Unidos de Norteamérica (estudio Turnaway) en el cual se hizo seguimiento por 5 años a mujeres a quienes se les negó un aborto y a quienes si lo tuvieron y tampoco encontraron diferencias en la presencia de estos síntomas ni de consumo de alcohol o drogas, excepto que en el caso de quienes no pudieron tener un aborto a pesar de haberlo solicitado, si hubo otras consecuencias negativas relacionadas con la salud mental como, por ejemplo, que las personas se mantuvieron dentro de una relación de pareja abusiva.
Los estudios realizados por personas que se oponen al derecho al aborto tienen fallas en la metodología con la que realizan el estudio como por ejemplo que no controlan o analizan cuál es la situación mental de las mujeres antes de un aborto o de un embarazo y basados en esas fallas sacan conclusiones equivocadas. Lo que si es cierto es que el aborto no mejora los problemas de salud mental que la mujer tenga desde antes. Pero decir que la salud mental de una mujer después de un evento de aborto está afectada sin haber evaluado su salud mental antes, es una conclusión errada que no debería difundirse.
Además, hay factores de contexto que sin duda contribuyen a que la experiencia sea más o menos impactante: un aborto realizado en condiciones de soledad absoluta, clandestinidad y de inseguridad puede generar efectos negativos en la mujer, así como el estigma que rodea la decisión del aborto en muchos países. Por eso siempre lo recomendable es que se tenga la oportunidad de recurrir a servicios de orientación o consejería como los descritos en la sección ¿Qué es una consejería en aborto?, para que tenga la oportunidad de evaluar opciones y prepararse adecuadamente para una u otra decisión.
Las mujeres que se sienten tristes después de un aborto necesitan recibir apoyo y comprensión y no ser juzgadas por sus decisiones y por lo tanto los esfuerzos de la sociedad deberían centrarse en apoyarlas y no en hacer menos accesible un servicio que muchas mujeres necesitan y de la mejor calidad.